Chanson

Carla Bruni | "Quelqu'un m'a dit" | Naïve | | 2003

Curiosamente, tras realizar una búsqueda de información acerca de Carla Bruni el primer resultado es un artículo en la edición online de la revista del corazón “Hola” que se llama “Perfiles”. Como no podemos acceder a la sección para abonados (¡que pena!), nos bastará con una pequeña reseña de adelanto del artículo que dice “Es la top-model italiana por excelencia, que reinó durante la década de los 90 ....”. Claro indicio de que Carla Bruni, como modelo que ha sido, se encuentra metida (tal vez no voluntariamente) en todo este mercado de la farándula, los cuchicheos, la superficialidad y el corazón. Cosa que, evidentemente y para empezar, no nos agrada en demasía. Meros prejuicios. Además ya es sabido que el mundo de la pasarela siempre ha practicado algunos escarceos hacia otros terrenos. Recordemos las incursiones de algunas famosas top-model (véase a Claudia o a Naomi) en el séptimo arte y en el terreno musical. Y por lo general con resultados catastróficos. Obviamente, igual que muchas (y muchos) mortales no servimos para contonearnos por la pasarela de la moda, muchas (y muchos) modelos no sirven ni para el cine ni para la música. ¿Será Carla Bruni otro de esos escarceos sin sentido? Por fortuna no. Carla Bruni, además de guapa, canta de maravilla. Como una Hope Sandoval pasada a la chanson (escucha sinó el primer track que da nombre al disco). Y no sólo eso, cCanta hermosas canciones. Emocionantes, delicadas y sensuales.

Para Carla el mundo de la música no es una novedad. Su padre es compositor de música dodecafónica y su madre es pianista. Ella toca la guitarra y canta desde bien pequeña. Además Carla ya había escrito hace tiempo seis canciones para un disco de Julien Clerc. Con "Quelqu'un m'a dit", esta italiana se ha metido de lleno en la chanson popular francesa para devolver al estilo un esplendor como el que hacía tiempo no tenía. Rozando la misma delicadeza que en su día mostraban tanto Barbara, Brassens, Férré o el mismísimo Gainsbourg, la Bruni nos deleita con doce delicadas caricias sonoras que se cuelan en ti susurrándote con esa voz suave, por momentos ronca, para expresar y transmitir un abanico de sentimientos de lo más sencillos y tal vez por eso de lo más directos. No hay grandes arreglos ni grandes producciones. La propia Bruni firma gran parte de los textos de Quelqu'un m'a dit, versioneando una canción del maestro Gainsbourg (la sorprendente “La Noyée”) y a Gino Paoli en la versión francesa de “Il cielo in una stanza”. Canción ésta que junto a ese primer corte que daba nombre al disco, “Raphaël”, “Chanson Triste” o “L’excessive” (con su juego de palabras) rozan casi la perfección. Por no hablar de ese "tu es ... et moi ...” interminable que es “Le toi du moi” ,que resulta hasta divertido, o esa cuenta atrás que representa el último minuto del disco en “La dernière minute”. Detrás de las guitarras está su amigo Louis Bertignac (guitarrista de los famosos en Francia Téléphone). Los textos demuestran madurez, poesía y simplicidad. Y en esa simplicidad radica el secreto de este gran disco. En su sencillez, en su falta de aspavientos, en su humildad, en su sobriedad, en su entrar por la puerta grande sin llamar la atención.

Este trabajo de la exmodelo nos demuestra que los prejuicios no son buenos compañeros cuando además pretendemos ser personas de mente abierta. Una lección que como críticos musicales en pañales que somos debemos aprender. Desde aquí, sólo nos queda recomendar efusivamente un disco que junto con el de Beth Gibbons es ideal para tus momentos de estrés. Cuando los nervios estén a flor de piel, una dosis de Carla Bruni te relajará cual dulce medicina para el espíritu. Comprobado. No es necesario consultar a tu médico.


“Quelqu'un m'a dit”






Por: Joan Casulleras y Rafa Piera  


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